LA SOCIEDAD DEL PÉNDULO - pulidomiguel
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LA SOCIEDAD DEL PÉNDULO

Tiene que haber alguna otra opción. Vivimos en un mundo de cristal, donde cada opinión que proporciones es rebatida, criticada o cuestionada. El conocimiento de un tema poco importa, la gente quiere pelear por pelear. Incapaces de argumentar sobre ideas, muy fácilmente las discusiones se dirigen hacia el plano personal o del cuestionamiento de identidad.

La sociedad pendular.

“Estás con nosotros o contra nosotros” es su lema.

Le encantan los adjetivos calificativos que denigran a los demás o las frases sutiles que cuestionan la reputación de la contraparte, pone en duda su criterio y se erigen como la única respuesta aceptable para los temas dialogados. Su letra favorita es la “o”. Ocurre en casi todas las áreas de nuestra experiencia: Messi o Cristiano; izquierda o derecha; creyente o hereje; mamerto o facho.

Estoy sinceramente preocupado. El espacio para el diálogo y la construcción es casi nulo. Y la cosa se pone aún peor cuando ponemos la Biblia para respaldar nuestras posiciones. Me sorprendió que en esta semana—Dios sabe que digo la verdad—en mis redes sociales leí a una persona que dijo “no entiendo cómo puede alguien ser cristiano y apoyar las políticas de la derecha” y otra, un poco más abajo, “es imposible ser cristiano y ser de izquierda”.

¿Y si no?

¿No existe una visión del mundo que trascienda el oscilar del péndulo?

Dicen que la fe es ciega. Eso no es cierto. La verdadera fe es capaz de cuestionar, confrontar, estudiar, profundizar e incluso decir “no sé” con humildad. Creer no es un suicidio intelectual. Pero la que sí es ciega es la idolatría. Ella defiende su perspectiva sin importarle las evidencias, te llama enemigo si pones un interrogante en cualquiera de sus posturas, cae en lo que crítica y es tan ciega que ni siquiera se da cuenta de ello, y también está dispuesta a matar por mantener a su dios en el pedestal. Pasa en la religión, en la economía, en las relaciones y en la política. Lo que mató a Jesús no fue la fe de los fariseos, fue su idolatría.

Tampoco creo que la respuesta sea decir que la fe es apolítica, ya que no tomar posición es una posición. Pero el Evangelio nos permite ver la increíble habilidad que tenía Jesús de salirse del sistema pendular y cuestionar el fondo del asunto. Cuando le tendieron una trampa para saber el mandato más importante, no dijo que era amar a Dios o al prójimo, sino ambas cosas al mismo tiempo; cuando se vio enfrentado a la violencia no respondió con violencia o pasividad, sino que cuestionó al soldado que lo golpeaba (Juan 18:23); en la cruz, no clamó por fuego del Cielo o se sumió en la autocompasión, sino que pidió perdón para la humanidad.

Pensar no es sinónimo de apatía.

Analizar las situaciones no es un acto de necedad.

Necesitamos acudir a un plano que nos brinde la capacidad de evaluar la realidad desde una perspectiva que pueda ver la bondad y denunciar la maldad de las diferentes banderas. Porque no, la respuesta no está en la izquierda ni en la derecha, la historia ha demostrado hasta el cansancio que los colmillos de la maldad se han asomado bajo los mantos de cualquier posición que aseguraba ser la respuesta de la humanidad. El problema de fondo en cada uno de nosotros está en el corazón, así que la respuesta verdadera no depende simplemente de mutar de posiciones políticas, religiosas, sociales o económicas pensando que en ellas se esconde la respuesta que tanto necesitamos.

Requerimos la altitud suficiente para salir del péndulo.

 

©MiguelPulido

1Comment
  • Stephany Díaz
    Posted at 19:56h, 12 agosto Responder

    Muchas gracias por compartir esto en un momento tan complicado para nuestro país, definitivamente es algo que todos necesitamos leer. ¡A salir del péndulo!

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