NOS DEJAMOS SECUESTRAR
¿Alguna vez has tenido temor de decir algo? Así me siento. No porque lo que diga no sea honesto, sino porque los ánimos están tan caldeados que cualquier palabra dicha fuera de lugar puede ser malinterpretada. Tengo que ser sumamente cuidadoso. Basta con mirar las discusiones que se generan alrededor de la política y la elección del próximo presidente para corroborar la sensibilidad que produce la polarización. Estamos divididos. Cada quien quiere defender su posición con uñas y dientes. Como cristiano, esto me deja en una terrible encrucijada. Aunque no creo...