08 Feb LA GIRA DE TIMOCHENKO Y EL SALMO 137
Quienes escribieron esas palabras lo hicieron desde el dolor, la frustración, la decepción, la desesperanza y la rabia. Los habían arrancado violentamente de su tierra. Muchos tuvieron que ver morir ante sus ojos a personas que amaban. Y, como si la humillación no fuera suficiente, ahora tenían a quienes los conquistaron burlándose y haciendo mofa de su experiencia. Hay gente experta en meter el dedo en la llaga.
La violencia es espantosa.
Aquellos que han experimentado la terrible consecuencia de la maldad humana cargan con dolores, en ocasiones, indecibles. Pero también hay personas que deciden sacarlo con palabras, porque saben que, de lo contrario, se quedará en algún lugar del corazón, echando raíces para manifestarse de otras maneras. Las palabras sirven como un mecanismo de descarga.
Por eso son tan brutales. Si le quitaras el botón de edición a lo que tienes por decir cuando alguien te ha hecho daño, ¿usarías frases elocuentes, conceptos estilizados o, en cambio, echarías mano de ideas chocantes, desconcertantes e incluso hirientes? ¿Cómo hablas cuando tienes rabia?
Si eres honesto, entonces entiendes por qué aquellos que habían sido dañados por los babilonios, exiliados violentamente de su tierra, escribieron estas líneas que perduran en el Salmo 137:
Oh Babilona, serás destruida; feliz será el que te haga pagar por lo que nos has hecho.
¡Feliz será el que tome a tus bebés y los estrelle contra las rocas!
(Salmo 137:8-9)
Sí, ¡estás leyendo el texto bíblico!
Algunos se ufanan de “cantar sólo los salmos”, ¿qué música les pondrían a estas líneas?
¿Por qué estas palabras quedaron consignadas en la Palabra de Dios?
Sinceramente, los textos de este tipo siempre se me había dificultado entenderlos, y en el libro de los Salmos abundan. Si como cristianos creemos en el amor, la esperanza y el perdón, estas no son precisamente las palabras que uno pondría en el poster promocional de un retiro espiritual.
Y, entonces, Timochenko comenzó con su gira presidencial…
Los videos que he visto en las redes e informes periodísticos muestran cómo grupos de personas se amotinan alrededor del ahora candidato presidencial de las FARC y le gritan, lo abuchean, le dicen todo tipo de palabras, le lanzan objetos. Decenas de personas se movilizan para hacerle saber que están furiosas con él y lo que representa. La guerra de la que fueron protagonistas durante más de 5 décadas ha dejado heridas profundas en el alma de los colombianos, las cuales no se van a sanar con la simple firma de un documento.
Sin embargo, es un comienzo. Porque se le está haciendo saber a la persona que hizo mal que no hay justificación posible para ninguna de las atrocidades cometidas. Ahora que no está resguardado detrás de un fúsil, Timochenko se enfrenta con las consecuencias de sus actos violentos. Algunos lo pueden denominar “intolerancia”, pero desde una perspectiva más amplia, tarde o temprano, siempre se cosecha lo que se siembra. La violencia engendra dolor; la injusticia, inconformidad; el orgullo, rechazo.
El Salmo 137 existió porque Babilonia los conquistó.
Las protestas de la gente contra Timochenko existen por lo que las FARC hicieron.
Ahora que no hay intimidación detrás de un arma, se hace evidente que la violencia siempretrae consecuencias, sin importar del lado del espectro político que venga. El dolor tiene la ineludible capacidad de salir a flote. Y, lo más interesante, es que semejantes memorias están consignadas en la Biblia. Dios no está interesado en editar las expresiones de nuestra alma.
Dejarlas salir se convierte en un acto espiritual.
Porque, a lo mejor, puede ser el inicio del largo camino del perdón.
Entonces tendríamos que hablar de la cruz…. pero será después…
©MiguelPulido
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