ORACIONES TORPES
Pasó lentamente al escenario. Mirábamos atentos mientras se acomodaba solemnemente frente al micrófono. Carraspeó un poco. Era una mujer de edad, cabello blanco, rostro arrugado pero elegante, vestida impecablemente, reconocida en la comunidad por ser una persona de oración. Ocurrió hace años, pero recuerdo sus palabras. “Buenos días, hermanos, hoy estoy delante de ustedes para hacer una confesión…” Hubo silencio. Honestamente, no me imaginaba que algo así pudiera verse en medio de la iglesia y menos proviniendo de una mujer con tanta experiencia. No me podía hacer una idea de...