PETRO, DUQUE, JESÚS - pulidomiguel
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PETRO, DUQUE, JESÚS

No quiero persuadirte de votar por ningún candidato; seguro ya hiciste tu elección. Tampoco deseo hacer propagando contra alguno; ya estamos saturados de ello.

Mi propósito es hacer una observación respecto a cada candidato, sus campañas y sus propuestas y cómo considero que el cristianismo los interpela. Ese es nuestro llamado. Por encima de la posición política está nuestra identidad como hijos de Dios, que es la medida con la cual debemos comparar toda propuesta que escuchemos.

No nos define la izquierda o la derecha.

Nos define la cruz.

 

Sobre Petro: Antropología equivocada

Lo he escuchado en varios discursos y lo leí en sus propuestas: Petro tiene el firme propósito de darle o devolverle dignidad a aquellos que les ha sido usurpada por el sistema, la desigualdad y las faltas de oportunidades. Una meta loable…en la superficie. Porque evidencia una antropología equivocada, contraria a la forma como fuimos creados. La dignidad no se adquiere o se extravía, se tiene. Como dice mi querido Santiago Benavides: “la dignidad humana es del todo inalienable, no se pierde, no se gana”[1].

Toda persona es valiosa por ser creada a imagen de Dios.

Somos dignos por ser humanos.

Yo sé que parece una diferencia puramente retórica, pero uno no puedes devolver algo que ya se tiene. El trabajo por la verdadera igualdad no se enfoca en devolver la dignidad; se trabaja por la igualdad porque las personas son dignas. Sin embargo, el petrismo considera que la primera opción es la verdadera, así que no deben extrañarnos contradicciones como estas: al mismo tiempo que buscan dignificar a los más necesitados apoyan el aborto (que consiste en asesinar a una persona); o que al mismo tiempo que predican una cultura de amor estén disfrutando campañas de humor negro que se burlan del contrincante salvajemente y lo tratan como un animal. Si la dignidad no es intrínseca, los parámetros los establece quien está a cargo del discurso, porque los criterios son puramente subjetivos y no objetivos.

Al querer dar dignidad se está tocando el fino límite de pretender hacer algo que solamente Dios hace. No se nos debe hacer extraño que percibamos tintes mesiánicos en ciertas declaraciones o pensamientos.

 

Sobre Duque: Incoherencia selectiva

Cuando uno pregunta por qué algunos respaldan a Duque, varios sostienen que él sí va a conservar los principios y valores (especialmente en lo relacionado con el tema de familia). Pero uno tiene que preguntar: ¿cuáles valores?

Para nadie es un secreto que para la segunda vuelta varios políticos de distintos pensamientos, ramas y partidos se unieron a la campaña del candidato. No vale la pena enumerar todos los casos, pero varios de ellos fueron duramente criticados por el partido de Duque a lo largo de la historia e incluso durante la primera parte de la campaña. Si uno le preguntara a cualquier duquista, seguramente diría que una de las cosas que más aborrece del actual gobierno es su falta de lealtad, que Santos se le haya volteado al uribismo, ¡pero no ven con malos ojos que declarados santistas ahora los estén apoyando!

¿Dónde queda el valor de la lealtad?

¿Cierto que no suena como la gran cosa, que hay valores más importantes?

¿Ven que por “valores” se refieren sólo a algunos?

“La política es dinámica” es un eufemismo para referirse a la capacidad que tienen los políticos de aliarse según las conveniencias de turno. Se dan besos con los que antes se daban golpes por un mismo propósito, el poder. Eso es aberrante.

Los defensores de valores defienden unos mientras pisotean otros. De esta forma implantan la idea diabólica que hay pecados más graves que otros, lo cual es el principio de la tóxica hipocresía. No podemos sentirnos cómodos con esa incoherencia selectiva, que, según Jesús, es un cáncer que daña a la sociedad. Si no me creen, lean lo que él tanto criticaba de los fariseos.

 

A los dos: ¡No me manipulen!

Paradójicamente, de ambos lados me ha llegado el mismo mensaje: “vota por Petro o por Duque, si no quieres arriesgar el futuro de tu hijo”. Básicamente, dan la idea que si no queda su candidato, estaremos condenados a la debacle, a la hecatombe, dirigiéndonos sin ninguna esperanza hacia nuestra propia destrucción. Y, por supuesto, usan a mi hijo para pretender manipularme.

El temor es algo muy poderoso.

Porque nos conduce a la adoración.

Afortunadamente tengo mi temor bien claro. No existe ningún ser humano que tenga el poder de alterar la soberanía de mi Señor. Nadie le llega a los tobillos a mi Dios. El futuro de mi hijo está en unas manos mucho más poderosas que las de Duque o las de Petro o las mías, está en las manos de Jesús.

No estoy ignorando a la realidad, esa es la realidad.

Y ojalá, como cristianos, nunca la olvidemos.

 

©MiguelPulido

 

[1] En su canción “Fuiste tú” del álbum “Modo Vida”.

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