Biblia, Decisiones / 13.05.2011
¡No Tienes Que Ser Caín!
Todos hemos visto a personas actuar con ira o hemos actuado con ira. La ira es poderosa. Sabemos que nos puede llevar por caminos de difícil retorno; nos guía por sendas muy peligrosas; nos puede impulsar a realizar actos de los que luego nos arrepentiremos. Además, la ira es muy personal e íntima: no todos nos airamos por lo mismo. Es posible que lo que a mí me aíra para usted sea una tontada (y viceversa). Así que, en ocasiones, podemos llegar a sentir que nadie...