ESA FOTO EN BLANCO Y NEGRO…
Nunca había entendido las ecografías. No sé si por ignorancia, por desinterés o por una combinación de ambas, pero lo único que atinaba a ver era una serie de bultos aleatorios y sin sentido en una especie de sonar médico que proveía ciertas imágenes que sólo los profesionales podían comprender. Para mí no era claro porqué los papás se emocionaban o decían cosas como “¡qué belleza!”. ¿Cuál belleza? —pensaba yo—, ¡eso no la entiende nadie! Y entonces, me tocó a mí. Tengo el próximo turno en la fila de paternidad. Antes...